lunes, 14 de enero de 2013

Capítulo 1.- Introducción.



La familia  Dawson Howliac siempre ha sido un tanto peculiar. Clare, la madre de la familia, quedó embarazada con tan sólo dieciocho años, teniendo que renunciar a sus sueños. Ella siempre había soñado con ser médica. Le encantaba ayudar a la gente, y salvar vidas era una gran manera de hacerlo.
Le dolió bastante tener que dejar los estudios para cuidar de su hijo, pero tuvo que hacerlo.
 El padre, Joel, era un chico bastante formal y serio, por lo que no se acobardó por tener que formar una familia. A pesar de que ambos eran muy jóvenes, la cosa fue muy bien, y al cabo de los años terminaron formando una gran familia debido al amor que había entre los dos.
 Su primer hijo fue Cesc. Cuando lo concedieron, Clare y Joel se mudaron a una casa situada en un pueblo pequeño. Desde luego aquel lugar era el mejor para crear una familia. Todos los habitantes se conocían entre sí, y eran todos muy amables, por lo que el pequeño Cesc creció querido.
Dos años después, sus padres decidieron tener otro hijo. Querían tener varios, pues, les encantaban los niños, o al menos a Clare. Fue una niña, Olivia. Al paso de los años, se fue viendo cómo era cada uno. Cesc, que ya tenía siete años, era un chico extrovertido, divertido y responsable, pero de vez en cuando hacía alguna trastada. Olivia, con cinco años era un niña también muy responsable pero mucho más trasto. Todo marchaba bien hasta que Clare volvió a quedarse embarazada. Esta vez vinieron dos; un niño y una niña, a los cuales llamaron Jake y Amanda (O "Mandy" que es como la apodaron. ) Desde entonces todo se volvió cuesta arriba. Había seis bocas a las que alimentar, y Joel tuvo que hacer varios trabajos para poder cuidar bien a los niños. Los años pasaban y la familia cada vez iba a peor. Joel fue despedido de sus trabajos por llegar tarde o tener una pelea con alguno de allí. Debido al estrés comenzó a beber y a beber, volviéndose bastante furioso e insensible al hacerlo. Clare tenía que ocuparse de todos sus hijos ella sola. Muchas veces no tenían nada que comer, y tenían que recurrir a los vecinos para conseguir algo de dinero.

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-¡Mamá, mamá! ¡despierta!
-¡MAMI!

Aquellas dos voces eran inconfundibles para Clare. Eran sus hijos menores, Jake y Mandy. Se levantó lentamente de la cama, o más bien de aquel par de mantas que había colocadas en el suelo. Sentía un gran dolor por todo el cuerpo, y hacía ya días que se notaba enferma, pero ella no decía nada, y tan sólo intentaba sonreír para no hacer pasarlo mal a sus hijos. Les dedicó una de esas sonrisas a sus dos pequeños y les besó en la frente. Se había quedado dormida hacía ya un rato porque se encontraba mal, y había dicho a sus hijos que la despertasen un rato antes de que llegase su padre para poder preparar la comida. Joel no trabajaba, pero todos los días salía a beber unas cervezas al bar y volver borracho a casa, como siempre.
Clare fue hacia la cocina y preparó sopa por tercera vez ya en la semana. Ninguno de los cuatro niños rechistaba. Tan sólo se sentaban en la mesa, cada uno en su respectiva silla, esperando su plato de comida.
El mayor de los cuatro, Cesc, movía las piernas de un lado a otro, inquieto por la llegada de su padre. Él sabía como era antes de que pasase todo aquello, y sabía lo que pasaba cada vez que llegaba a casa: solía quejarse por todo y no hacía nada más que chillar. Más de una vez el pequeño había intentado meterse en medio de una pelea entre ellos, pero siempre se había echado atrás por el miedo.
Se oyó como alguien abría la puerta de una forma brusca. Todos movieron la cabeza hacia la entrada, excepto la madre, que se limitaba a echar la sopa en platos. Pronto apareció Joel por la puerta. Era un hombre alto y fuerte. Llevaba aquella barba de dos días y olía a cerveza desde metros. Jake arrugó la nariz desde la mesa, pero enseguida agachó la cabeza para que no le viese. Odiaba aquel olor que desprendía su padre.

-Buenas tardes, papá...

Dijo Olivia, mirando casi de reojo a su padre. Joel le miró con el ceño fruncido y no dijo nada. Se sentó en su asiento mientras Clare terminaba de depositar la sopa en su plato y se sentaba también junto a ellos. Había un trozo de pan en medio de la mesa. Todos miraban hacia él, pero ninguno lo cogía. Sabían perfectamente quién lo iba a coger, y aunque tenían muchas ganas de comerlo, no hicieron nada. Pasaron unos segundos. Jake alzó la mano para coger el pan de la mesa, y justo cuando creía que ya era suyo, su padre puso la mano encima de él, casi llegando a matarle con la mirada. Jake sacó morros y guardó la mano, mirando hacia el suelo.

-Joel, cariño, los niños hace días que no prueban el pan... -Susurró Clare de la forma más amable, pero sin llegar a mirar a los ojos a su marido.

Pasaron unos segundos en silencio, hasta que la grave voz de Joel retumbó por el cuarto.

-¡YO TAMBIÉN LLEVO DÍAS SIN PROBAR UN TROZO, ¿CREES QUE YO NO QUIERO O QUÉ?! Maldita mujer...

Cesc tragó saliva y miró a su madre. Ella le correspondió la mirada negando a lo que creía que estaba pensando y miró hacia Mandy, que todo aquel rato había estado en silencio.

-Y... ¿qué tal hoy el cole, cielo?

La cara de la pequeña mostraba terror. No dijo ni una sola palabra, solo asintió, como dando a ver que el día había ido bien. Su hermano mellizo Jake la miró alzando las cejas y después miró a su madre.

-La seño nos ha dicho que el "bibujo" de hoy nos ha salido muy bien.

Ellos dos aún iban a infantil, y no hacían muchas cosas en clase, pero a Jake le gustaba presumir de aquellas cosas, por pequeñas que fuesen. El niño sonrió levemente y volvió a comer despacio.

-Qué comida más asquerosa, cada día la haces peor.

Aquel comentario fue de nuevo de Joel. Escupió al plato lo que tenía en la boca y cogió del brazo a Clare.

-¡He dicho que cada día la haces peor! ¿qué tienes que decir, eh? ¡mañana no quiero comer esta bazofia!

Cada vez apretaba más del brazo a Clare, y eso era algo que podía verse claramente al mirar su cara. Estaba a punto de llorar. Se esforzaba muchísimo por mantener en pie la familia y él iba en contra con todo lo que hacía. Cesc se levantó rápidamente de la mesa y empujó a su padre hacia atrás, para que soltase a su madre.

-¡SUÉLTALA! ¡Estás haciendo daño a mamá, idiota!

Aquello último no quería decirlo. Al darse cuenta de lo que había soltado, abrió los ojos y volvió a tragar saliva. Consiguió que Joel se apartase de su madre, pero ahora iba a por él. Fue retrocediendo hacia atrás poco a poco, mientras su padre comenzaba a gritarle. Salió disparado hacia su habitación y cerró la puerta.









2 comentarios:

  1. Lo acabo de leer, realmente tiene un tema que es frecuente en la actualidad, por desgracia.
    Pero que lo sabes expresar bien, no sé, me gusta, aunque por alguna razón esperaba más algo de este capítulo a medida que iba leyendo... esperaba un final más... bruto más... no sé.
    No sé si es que yo soy demasiado dramática o es que realmente le falta algo a este final.
    Pero todos mejoramos poco a poco, yo misma mejoro por cada capítulo que escribo.
    Y como sé que estas empezando con la historia simplemente digo que poco a poco la historia ira tomando curso, por ahora va teniendo buena pinta, seguro que el segundo capítulo será el decisivo para que me termine de enganchar.
    Pero enserio creo que promete y no te detengas, lucha por lo que quieres.
    Si lo que quieres es escribir lucha y aprende por de cada error, y aceptar las críticas constructivas que te den, yo misma pido que me den ese tipo de críticas para mejorar mis errores, pues sé que no soy perfecta...
    Y mejor no sigo que me lio, ya si quieres preguntarme acerca de algunas cosas más concretas de tú capítulo puedes enviarme un mensaje o comentario por tuenti.
    Un beso enorme Amanda.
    Sigue así, Adelante, lucha por tus sueños.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Sherlyn. Sé que estuvo bastante flojo el final, y eso es algo en lo que tengo que mejorar para que así se espere más al próximo capítulo. La verdad es que llevo bastante tiempo intentando empezar el blog, pero siempre lo he dejado por una cosa o por otra, y me alegra que haya alguien que comente hacia él, pues, así sé que hay alguien que lo lee y eso es algo bueno.
      Gracias por decir mis errores, así podré mejorar. Como tú bien dices, en estos casos son bien recibidas las críticas para poder aprender. Gracias de nuevo, el próximo capítulo intentaré hacerlo mejor, ¡un beso! :)

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